Cuando más triste y desolada me sentía, él llegó a mi vida. Puedo disfrutar su compañía; percibe mi presencia como sabiendo que necesito cariño y comprensión. Es mi mejor amigo, al que le cuento y me escucha, con el que lloro y se queda hasta el final conmigo. Con él no tengo problemas de desconfianza ni de angustia. Me defiende y me protege. Me ama como soy. Entre todos los regalos que él me ha dado, hay dos que son hoy mi alegría sin condición. Porque sepan que ese amigo, mi mejor amigo se llama Jesús. |
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OOOOO finalmente te decides a escribir.... excelente muy buenas fotos
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